Realización del Amor

«El amor en su esencia es fuego espiritual» Séneca

La realización del amor divino no es la Iluminación o tercera Iniciación aunque algunos meditadores realizan el amor divino en la tercera Iniciación. La primera vez que tuve una realización del amor divino fue varios años antes de entrar a meditar y fue a raíz de una desesperanza causada por un dolor físico muy fuerte que estaba teniendo. Una noche tuve un sueño donde un ser azul me acunaba como un bebé y sentí una sensación inmensa de amor un amor que me tenían a mí y estaba envuelta completamente en este amor. Al despertar me invadió una emoción que me superaba y se me vino el llanto y no podía dejar de llorar y seguí por algunos meses con ojos llorosos cada vez que recordaba el sueño. Yo sabía que no era el amor de los padres hacia sus hijos, ni de los hijos hacia sus padres, ni de los hermanos, ni del novio, ni del esposo. No era nada parecido a lo que podemos sentir en este mundo, era un sentimiento que superaba todo lo que conocía.

La segunda realización fue en una meditación, realice el amor que yo era, fue una sensación de amor que me embargaba como si yo fuera el amor, y fue tan intensa que también me produjo llanto. En la tercera realización realice el amor que podía dar al sentir que todo mi pecho se embargaba con el sentimiento de amor y se expandía este sentimiento a todo alrededor mío perdiéndose en el infinito.

Este sentimiento de amor divino que es infinito no puede estar contenido en un cuerpo finito y la mente lo va olvidando y quedamos sólo con el recuerdo, sentimos sólo rezagos de ese amor que se presenta esporádicamente y por instantes sin la emoción intensa que vivimos en el momento de la realización pero con la certeza de tener ese amor en nosotros. Podemos hacer uso de este amor para trasmutar sentimientos o al transmutar el sentimiento en amor o al hacernos uno con el sentimiento que queremos transmutar. También podemos expandir este amor a donde queramos. Este sentimiento del amor divino se nos revela y como todo en la meditación a cada cual le llega cuando le corresponda.