
“Tienes que crecer de adentro hacia afuera. Nadie te puede enseñar, nadie puede hacerte espiritual. No hay ningún otro maestro más que el de tu propia alma.” Swami Vivekananda
La meditación en luz y sonido es una disciplina de introspección que nos lleva a ser conscientes de qué somos como materia y espíritu, qué es la vida y qué pasará después de la muerte. La finalidad de la meditación en luz y sonido es la realización del Ser, hacer consciencia de que somos uno con el espíritu.
Lo primero que tenemos que hacer es aprender a interiorizarnos y la meditación es la herramienta que utizamos para llegar al interior de nosotros mismos, esto nos proporciona el entendimiento y la certeza que necesitamos para saber qué es la creación, qué somos y vivenciar con plena convicción la unidad espíritu-cuerpo.
La meditación en luz y sonido es como cualquier otra disciplina, si queremos ver resultados hay que ejercitarnos y la forma de ejercitarnos es meditar y como cualquier otra disciplina tenemos que familiarizarnos con ella. Al comienzo vamos a tener un mantra general que nos ayuda a concentrarnos, luego un mantra personal para concentrarnos aún más y después cuando ya tenemos interiorizado como meditar recibimos la primera Iniciación que es el acceso a la luz y al sonido que nos lleva a la expansión de nuestra consciencia y a entrar en contacto con el Ser que somos. Si en la primera Iniciación no vemos la luz ni sentimos el sonido, la Iniciación es falsa, y no estaremos capacitados para ver la luz y oír el sonido hasta que sea abierto el tercer ojo por un Maestro Iluminado. La luz radiante que vemos y el sonido que oímos no son imaginaciones o alucinaciones o visualizaciones, es la luz y sonido de planos superiores.
Desde el comienzo podemos empezar a tener experiencias en la meditación. Una de las primeras experiencias puede ser sentir que los pensamientos se cortan o que estamos por instantes sin pensamiento o tener visiones.
A medida que vamos interiorizándonos más en la meditación comenzamos a tener realizaciones más profundas donde vamos entendiendo cómo es el mundo en que vivimos y qué somos como materia y espíritu.
Las vivencias que se van teniendo en la meditación son diferentes para cada persona y nos van mostrando con toda claridad lo que cada quien necesita entender y muchas veces se nos presenta de diferente forma hasta que para nosotros sea una verdad absoluta. Y por esto se dice que la meditación en luz y sonido es un aprendizaje vivencial, porque es a través de las realizaciones o vivencias que tenemos en la meditación como vamos haciendo consciencia de la relación que existe entre el espíritu y la materia ya que son una unidad diferenciada, cuerpo y espíritu y van juntos por toda la eternidad. Es por el cuerpo humano y a través del Espíritu como podemos llegar a este entendimiento.
En la meditación vamos comprendiendo, cada uno a su ritmo, que todos somos uno en espíritu y nuestro cuerpo es uno en la materia con toda la creación. No somos la mente, no somos los pensamientos, no somos el cuerpo, estamos determinados, todo en el universo es movimiento aun lo que creemos que está inmóvil y vamos aprendiendo sin necesidad de hacer un esfuerzo por aprender todo lo que necesitemos saber sobre la vida y la muerte. La muerte del cuerpo no es inmovilidad, es movimiento, transformación. En la materia, en la creación, todo está en perpetuo y continuo movimiento.
Todas las realizaciones que se van teniendo y que se entienden en forma separada expanden nuestra conciencia y comprendemos que todas nos llevan al entendimiento del Ser, del vacío, de Dios y todas nos llevan a hacer consciencia de quién soy yo. Antes me mostraban de diferentes formas que yo no soy mi cuerpo, ni mis sentimientos, ni mi mente, etc., todo lo que conlleva tener un cuerpo. Primero entendí que el observador estaba conmigo en la meditación, luego supe que también estaba a ratos conmigo en la vida diaria. Ahora sé que está conmigo permanentemente. Y que estará por toda la eternidad ya que yo, y cada uno de ustedes, somos el observador, la conciencia absoluta, el Ser.
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