{511} – 08-05-2023. Últimamente medito más o menos cincuenta minutos, y estoy en el campo visual oscuro, siendo uno con el vacío con la unidad permanente, la que prevalece después de la muerte del cuerpo y que ha estado en nosotros todo el tiempo de nuestra vida, y sigue acompañando al cuerpo experimentando el deshacer de la forma para renovarse y componer una nueva forma, una nueva individualidad y experimentarla en vida. Dios nunca abandona la materia, siempre nacemos en él y morimos en él, es la inteligencia divina que la ordena y organiza. Es el juego de Lila, el juego que Dios juega consigo mismo por los siglos de los siglos.
Reflexiones. No tener expectativas en la meditación y en la vida, las cosas se irán dando como tienen que ser y siempre, aunque sea más tarde o más temprano, para bien nuestro, aunque no lo podamos entender, ya que todo deja una enseñanza. Fluir en la vida y también en la meditación, aceptar y estar en el presente y no preocuparnos por lo que pueda pasar, ya que lo que ha de ser será.
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