Introducción a la meditación

El Ser, Dios, sólo podemos sentirlo, percibirlo, interiorizándonos

Podemos acercarnos a la meditación con muchos problemas encima que nos abruman o no saber que tenemos problemas sin embargo hay algo que no encaja o por curiosidad. No importa cómo nos aproximemos a ella lo importante es saber que por el sólo hecho de sentarnos a meditar abrimos una puerta increíble que nos cambiará la vida tanto en la parte material como en la espiritual.

Este cambio no es posibilitado por nada externo a nosotros este cambio es propiciado por la certidumbre que vamos teniendo con las experiencias o vivencias que nos ocurren en la meditación no por libros que estemos leyendo o escritos que nos lleguen por Internet o conferencias, sino por experiencias luminosas o realizaciones que vivenciamos en nosotros mismos.

No podemos acercarnos a Dios intelectualmente tenemos que hacerlo en forma práctica y vivencial. ¿Cómo explicarle a alguien el sabor de una fruta que no conoce?  podemos hablarle del color de la fruta, si es ácida o dulce, de su forma, su apariencia, describirla al detalle, pero nunca podrá sentir su sabor si no la prueba. No hay en nuestro lenguaje una forma eficiente de transmitir esa emoción. Las vivencias, experiencias, fenómenos, hay que vivirlos, experimentarlos en la meditación profunda. No hay forma de explicarlos y que se entiendan si no lo han vivido.

Antiguos maestros nos dicen que para llegar a Dios tenemos que tener el tercer ojo o único ojo abierto ésto para la gran mayoría de la humanidad sólo nos es posible con la ayuda de un Maestro Iluminado.

«Kabir un gran santo de oriente cita a *Cristo. “La luz del cuerpo es el ojo. Si tu ojo fuera único tu cuerpo entero estaría lleno de luz” En oriente le llaman el tercer ojo u ojo latente que se encuentra en cada uno de nosotros incluso en el ciego que no tiene visión externa. Pero el ojo único está cerrado. Tenemos que abrirlo. Cuando esté abierto veréis la Luz del cielo dentro de vosotros. Está allí ya. No es necesario presuponerla ni imaginarla. ¿Cómo abrir este ojo? Esta es una pregunta práctica. Estas cosas las han explicado también otros además de Cristo. Tulsi Dass y el Guru Nanak nos dicen que sólo un verdadero Maestro puede ponernos en el camino de Dios. ¿Qué es lo que puede darnos El? El abre nuestro ojo interno, nos capacita para ver la Luz de Dios. « 1  

Las personas espirituales vivimos en dos mundos el mundo de la materia, nuestro cuerpo y todo lo que nos rodea y el mundo espiritual suscrito al ámbito interno donde en la meditación nos olvidamos de la vida y aún de nuestro cuerpo para tener acceso al conocimiento de quienes somos. Sólo en la meditación y despues de la iluminación tenemos la certeza, en vida, que somos espíritu experimentando la vida en un cuerpo humano.

Este conocimiento siempre ha estado en nosotros sin embargo, aunque lo tengamos tan cerca no somos capaces de verlo y nunca podremos verlo si no nos interiorizamos y nos alejamos, aunque sea por ratos, del ritmo de la vida que nos tiene atrapados en su constante movimiento.

En este momento de mi vida me doy cuenta que el ser interior se me viene manifestando desde hace mucho tiempo sólo que en ese entonces percibía algo que era diferente con lo cual me sentía bien, pero todavía no tenía la capacidad de diferenciarlo de mi cuerpo, de la materia.

*Cristo o Jesús de Nazaret, es uno de los grandes Maestro que llegó en la antigüedad.
Kirpal Singh. Cuatro conferencias sobre espiritualidad. La realización de Dios.  p. 101-102