
«Dios no toca la creación, pero todo viene de él» Mi Maestro
Cuando decimos que no hay nacimiento, ni vejez ni muerte estamos refiriéndonos al espíritu, a Dios, que no sabemos que es, y sólo podemos definirlo como infinito, indivisible, omnipotente, omnisciente, omnipresente lo innombrable, lo absoluto, sin forma por lo tanto sin limites.
Si hablamos de la materia, del ser humano, hablamos de la creación ya que todo tiene comienzo y tiene final todo es una aparente individualidad porque todo lo vemos separado de lo demás. A cada individuo de cada diferente forma lo vemos separado de otro individuo de su misma forma aunque podemos intuir que en la materia todo está unido, no hay espacio vacío entre una forma y las otras formas porque la forma, que es materia, está moviéndose en el aire que la circunda y este aire es también materia que nos une con todas las diferentes formas a nuestro alrededor y la energía que emana nuestro cuerpo se está comunicando sin que nos demos cuenta con nuestro entorno. Aparentemente en la vida nos vemos separados pero nada en la creación es una individualidad algo que pueda comportarse independientemente de su entorno. También podemos decir el mundo de la ilusión porque la vida tiene comienzo y tiene final y también porque nos contamos cuentos que nos creemos y vivimos muchas veces de ilusiones. En la creación y para toda la humanidad la vida es algo muy real porque nacemos vivimos y morimos como materia, esta materia se recicla y nuevamente tomara otra forma. La vida es un hecho real, la vida no es una ilusión en el sentido que nos la estamos imaginando.
Todas las formas tienen un comienzo un desarrollo y un final y las formas vivas experimentamos nacimiento un tiempo determinado de vida y la muerte. En la forma bien sea viva o inerte, el espíritu que nunca muere siempre está acompañando a la forma mientras se descompone para comenzar a crear otra unidad diferenciada ya que dios está inherente en toda la materia. Todo este movimiento de la materia esta regido por la inteligencia divina, A medida que la materia descompone su identidad, la nueva forma se va organizando siguiendo una programación, las leyes de la materia regida por la inteligencia divina.
Mi Maestro dice “la inteligencia es aquello que organiza el principio, la mitad y el final de cualquier persona, lugar o cosa».
Cuando el universo se creó comenzaron a actuar las leyes de la materia, y comenzaron las partículas a juntarse formando átomos, los átomos se juntaron formando moléculas, la agrupación de moléculas, formaron tejidos, y las formas iban siendo cada vez más complejas. Al descomponerse la forma en sus partes constituyente, recorren el camino inverso y van dejando de ser más complejas, no obstante, en todas ellas está la inteligencia divina el programa que les impone como comportarse.
Lo absoluto y la creación van juntos por toda la eternidad. Dios es una unidad indiferenciada y la creación con Dios forman una unidad diferenciada, La materia seguirá en su inmutable reciclaje, transformación, moviéndose en Dios, creando y deshaciendo nuevas formas, Recordemos que la materia no se crea ni se destruye sólo se transforma y en esta transformación es infinita.
Ninguna forma en la creación es superior a otra y muchas especies de animales y plantas se han extinguido. ¿Por qué tendemos a creer que la humanidad será eterna? Lo que prevalecerá eternamente es la materia moviéndose en Dios por toda la eternidad y Dios sostendrá la materia que estará por siempre en inmutable cambio, en permanente nacimiento y muerte a la forma viva o inerte.
Recordemos que «tierra eres y en tierra te convertirás» Génesis cap. 3 versículo 19
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