Cuerpo físico y meditación I

«La voluntad no es libre, es un fenómeno vinculado por la causa y el efecto, pero hay algo detrás de la voluntad que es libre.» Swami Vivekananda

Son muchas las teorías que ha utilizado el hombre desde el inicio de su tiempo para tratar de explicar la creación y el tener este cuerpo es lo que nos permite conocer las respuestas a las preguntas de quienes somos, de dónde venimos, para que estamos aquí y que pasa después de la muerte.

Todas esas preguntas nos la podemos hacer porque estamos vivos y tenemos este cuerpo  que nos  permite darnos cuenta que no somos solamente esto que vemos y no sólo somos  la maravilla  que es el cuerpo humano actuando, utilizando su intelecto, o su capacidad física, su intuición, su razonamiento, sino que también en nosotros existe algo mucho más valioso, del cual sólo podemos ser conscientes si dejamos que nuestro cuerpo y mente se aquieten.

El cuerpo físico humano interactúa permanentemente con los cuerpos sutiles, conforman una unidad. Con este cuerpo nos comunicamos con nuestro entorno aunque no seamos conscientes de ello también con todos los seres humanos y con los seres vivos de la naturaleza.

El cuerpo físico puede alimentarse de materia y de energía. De materia todo lo que comemos incluyendo el aire que entra a los pulmones y renueva el oxígeno de la sangre y de energía que toma del medio ambiente donde encontramos el prana. Esta energía llamada  prana es una fuerza vital que se encuentra en todo lo que existe. Viaja con el aire y entra en nosotros a través de los alimentos y la respiración. La energía también entra por los chakras, energía positiva o negativa, y de nosotros también sale energía al ambiente que nos rodea través de estos chakras.

Nuestro cuerpo físico es el que nos lleva en este viaje de la vida y no tenemos idea de cómo funciona. No nos preocupa como lo estamos alimentando emocionalmente. Si oímos noticias negativas todo el tiempo, nos estamos alimentando con estas emociones y nuestro cuerpo es indefenso, sólo sabe expresar lo que le llega. Pero tenemos un arma poderosa para ayudarlo, la meditación. Cuando meditamos y nos interiorizamos nos estamos conectando con los principios fundamentales o causales que van más allá del cuerpo mental concreto y estamos en planos más sutiles; por esto, cuando meditamos comenzamos a cambiar, porque la energía que le llega al cuerpo lo va calmando sin que nos demos cuenta y sin saber por qué este cambio y empezamos a comprender muchas cosas que antes no entendíamos.

Los principios elementales o los cuerpos causales son: Mental superior (mente superior, mente abstracta) el Búdico o intuitivo (sabiduría) y el Atmico (límite de la materia, de la forma). En estos cuerpos causales no hay dualidad y cuando nos conectamos con ellos no importa si hay pensamientos o si llegan y dan vueltas porque no les hacemos caso y no nos sacan de la meditación. Por esto es tan importante ir avanzando en la meditación de nuevos, a 1 Iniciado, 2 Iniciado, 3 Iniciado, donde  encontramos la causa de nuestra existencia. En cada paso o ascenso que vamos dando en este camino, encontramos mayor concentración y por lo tanto meditaciones más profundas, mayor entendimiento o expansión de la consciencia.

Lo que vamos entendiendo en la meditación pueden ser cosas físicas de cómo funciona nuestro cuerpo o la creación o pueden ser temas relacionados con la filosofía como es el entender que todos somos uno, que no hay un espíritu para cada persona, sino que todos compartimos el mismo espíritu.