Asentar el estado de la Iluminación tiene varias etapas donde vamos profundizando en la comprensión que tenemos sobre quien somos en la vida. Está comprensión, en mi caso, se ha ido modificando con el paso del tiempo. Inicialmente despues de la Iluminación fue comprender lo que tenía que cambiar de inmediato y esto era equilibrar, en la vida, lo espiritual y lo material, para no andar tan elevada por este mundo y causarme daño. En este momento de asentar el estado de la Iluminación pasé a una segunda fase y es la aceptación, en la vida, de ser quien soy. Comenzar a incorporar, incluir en mi vida la aceptación de lo realizado en la Iluminación, de que soy uno con el Ser, el Espíritu que habita este cuerpo. Mi individualidad, las células de nuestros cuerpos siempre han sido finitas, nacen y mueren permanentemente, no son las mismas células que teníamos cuando nacimos y serán parte de la materia cuando muera, hasta que gane la entropía y el cuerpo al morir se descomponga terminando la forma de esta individualidad. Toda la materia está en permanente movimiento sostenidas por el Ser que habita en nosotros en todos nosotros y en cada individualidad de cada ser humano, o animal, en cada partícula grande, chica o diminuta de la materia, de la creación. Este Ser con el que nos hacemos uno en la Iluminación, es el que le da vida a la materia, movimiento, a pesar de que él permanece inmóvil y aceptar que somos uno con él me ha costado a pesar de haberlo realizado, porque es pasar de ser lo que siempre he sido, una individualidad finita, a ser la totalidad, el Ser infinito, para mí ha sido difícil de aceptar, aunque siento que algo he logrado. En la meditación se nos repiten las realizaciones o vivencias revelándonos esta realidad. Al inicio cuando comencé a meditar, intuíamos, nos mostraban que éramos uno con el observador y el testigo, y vamos trascendiendo cada fase y me parecía increíble lo vivenciado. Mi mente a veces no comprendía lo que captaba y lo olvidaba rápidamente, pero esta información no se perdía, era guardada en la consciencia que es la que guarda toda la información que nos llega, toda la comprensión del conocimiento guardado en la conciencia individual para ser utilizada en el momento preciso donde la consciencia individual se expanda completamente y ser conscientes de quien somos, aunque la consciencia no se Ilumina y somos conscientes a través del Ser que somos.
Este cuerpo va a morir a la forma, ya que tiene comienzo y tiene final, mis células las que componen este cuerpo, nacen y mueren permanentemente renovándose, no son las mismas con las cuales nací, sino que se van renovando durante todo el tiempo de vida de esta individualidad y están sostenidas por el ser que habita en mí, y en toda individualidad, en cada ser humano que habita este planeta, en cada partícula grande o pequeña. Me cuesta aceptarlo, asentar el estado. En mi caso, aunque me lo han repetido en la meditación a través de las distintas vivencias o manifestaciones, vamos comprendiendo a medida que se nos va expandiendo la consciencia. Al inicio no comprendía la dimensión de lo que captaba y lo que comprendía me parecía increíble y lo olvidaba rápidamente, pero esta información que no comprendemos y olvidamos es guardada en la consciencia para ser aprovechada en el momento preciso de la Iluminación, donde se juntan todas las realizaciones, vivenciando el pasar de ser una individualidad a ser la totalidad.
Asentar el estado de la Iluminación, también es ser conscientes que, en vida tan importante es el cuerpo como el espíritu, no debemos dedicarnos sólo al cuerpo o sólo al espíritu, ya que en vida formamos una unidad y nuestro cuerpo es la materia que se nos es dada para vivirla en unidad con el espíritu.